por Maria Francesca Migliori
Al sacrosanto principio del art pour l’art (ars gratia artis, precisamente) he pensado contraponer, de manera un poco juguetona, un destino diferente, es decir «el arte en función del disfrute visual», que es el efecto producido por una docena de grabados expuestos en las paredes de algunos locales de la Biblioteca Casanatense (recepción al público y algunas oficinas ubicadas entre el segundo y el tercer piso de la estructura), que representan el tema de esta contribución.
El interés por el arte en todas sus facetas ya estaba presente en el legado del Casanate, primer núcleo de la biblioteca, que comprendía unos 25.000 volúmenes. Los padres dominicos, siguiendo las huellas del cardenal, dirigieron las compras no solo a la teología, sino también a estudios de derecho, economía, teatro, música, grabados, historia de la ciudad de Roma, con el objetivo de realizar una «biblioteca universal»(1).
El sector impresiones/dibujos de la Casanatense, que está constituido por unos 28.000 ejemplares de impresiones sueltas o en serie y 1.500 volúmenes con texto e ilustraciones, a los cuales hay que añadir 2.400 volúmenes ilustrados datados entre los siglos XVI y XIX, recogidos bajo la colocación «CCC»(2), conserva una colección extraordinaria de grabados, en los que se documentan los más grandes artistas italianos, franceses, alemanes y flamencos como: Marcantonio Raimondi, Agostino Carracci, Salvator Rosa, Stefano della Bella, Giovanni Battista Piranesi, Bartolomeo Pinelli, Giuseppe Vasi, Albrecht Dürer, Hendrick Goltzius, Lucas van Leyden, Cornelis Bloemaert, los hermanos Sadeler, los Wierix, Jacques Callot, Gabriel Perelle e Israel Silvestre.
RECORRIDO EXPOSITIVO
a) La acogida al público
Entrando en la biblioteca somos inmediatamente «recibidos» por excepcionales ejemplares de impresiones, en particular por la extraordinaria e inmensa vista (1120×2650 mm) de la ciudad de Roma desde el Janículo, dibujada y grabada al aguafuerte por Giuseppe Vasi y editada en 1765, presumiblemente en Roma por el mismo Vasi.
El grabado (colocación en SBN: 20.B.II.157.20), de altísimo nivel artístico, consiste en una panorámica a vuelo de pájaro de la ciudad eterna, presentando todos los monumentos e iglesias de Roma, que, por citar algunos, van desde Castel Sant’Angelo y San Pietro con el «abrazo berniniano», a las áreas arqueológicas del Foro Romano, el Palatino y el valle del Coliseo, la iglesia de Santa Maria in Cosmedin y el Velabro, la isla Tiberina y Trastevere, el Panteón y todo el trazado de vía del Corso, con sus cuatro barrios históricos: Pigna, Trevi, Colonna y Campo Marzio, a las zonas más periféricas como La Storta, Monte Mario, Ponte Milvio, hasta la conformación orográfica laziale, con el Monte Soratte, de oraziana memoria(3), que domina el fondo del campo romano, Montecompatri y Frascati.
Abajo, entre una frondosa y exuberante vegetación, junto al título grabado en una losa de mármol apoyada sobre restos arquitectónicos de columnas ranuradas y capiteles, como una vista de la ciudad, es la representación de los «orígenes míticos y salvajes» de la inclita Roma(4): la loba(5) que amamanta a los gemelos fundadores, Romolo y Remo, acompañada por la personificación del Tíber, hombre semistrizado entre tallos de juncos, que apoya el brazo izquierdo sobre una ánfora corticada, de la cual sale el agua fluvial. Todo esto es seguido por 390 indicaciones toponímicas, que componen la sección detallada, que se dividen en «ocho días», casi para indicar, por parte del artista, el tiempo necesario para los peregrinos para visitar los lugares más importantes de la ciudad.
El mito de Roma continúa con tres grabados a aguafuerte y retocados con buril, extraídos del ciclo de diez estampas (colocación en SBN: 20.B.I.69.1-10), cada una con dimensiones: 438×419 mm aproximadamente, obras de Robert Van Audenaerd y editadas en Roma por Domenico De Rossi en 1692, reproduciendo las pinturas de Mantegna de la serie de «El triunfo de Julio César», realizadas para el Palacio Ducal de Mantua. En detalle se exponen en recepción las impresiones con los números progresivos: 4, 6, 9.
En la prensa marcada por el n. 4 los soldados romanos llevan los símbolos del triunfo a lo largo de las calles de Roma: tocantes de tuba, representaciones de las ciudades conquistadas, insignias de guerra, el águila del poder imperial. En los lados hay pilastras coronadas por capiteles corintios y decoradas con armamento de guerra. La historia continúa con la impresión n. 6, en la que se representa el triunfo de César sobre la Galia con procesión de animales, entre los cuales destacan los elefantes adornados con elementos decorativos y plantas, montados por jóvenes hombres con antorchas encendidas. También en este contexto, en el extremo derecho, es una lesena decorada con protome leonina, armas, escudos y coronada por un capitel corintio. El excursus concluye con la incisión marcada por el n. 9, que representa el momento culminante: César, sentado en el suntuoso carro del triunfo, cuya rueda está totalmente decorada y caracterizada por un panel oval, sobre el cual se reproducen un general (el mismo César) y dos figuras mitológicas que llevan cornucopias, está retratado que sujeta con una mano el cetro con el águila a alas desplegadas, símbolo del poder y de la victoria, y con la otra la palma, mientras que una Victoria alada, como una especie de ángel bajado sobre la tierra(6), lo corona de laurel, como ganador; detalle retomado por la presencia de un soldado, en primer plano, que lleva el asta, en parte envuelta por un paño, coronada por el letrero: «Veni Vidi Vici»(7).
Con estos ejemplares expuestos en el primer local (abierto al público) de la estructura, el lector que entra en Casanatense queda instantáneamente cautivado por la belleza y singularidad del patrimonio y parece estar inmediatamente implicado para identificarse y entrar en una realidad, la de Roma, que tiene una historia milenaria, única y extraordinaria, incluso antes de empezar a leer y «admirar» el vastísimo patrimonio conservado en la misma biblioteca.
b) Las oficinas del segundo piso
La exposición artística de grabados continúa en las salas n. 14 y n. 20 del segundo piso. En estos contextos el tema iconográfico cambia totalmente: ya no la ciudad eterna y su historia, sino una introducción al sagrado, en su dimensión más aulica.
Al entrar en la sala n. 14 (Información bibliográfica) la atención del visitante es inmediatamente atraída por el grabado realizado en Roma por Philippe Thomassin en 1602, con dimensiones: 1050×1500 mm, en el que está representada la Alegoría del triunfo de la Iglesia sobre la herejía (colocación en SBN: 20.B.I.10.63). La Iglesia, representada como una gran nave llena de santos (entre ellos San Francisco y San Benito) y guiada por San Pedro, que sostiene las llaves del Paraíso, presenta en el árbol a Cristo sentado, en actitud bendita, rodeado de putti que llevan los símbolos de su Pasión (clavos, cruz, columna, corona de espinas, escalera, vinagre). Alrededor de la nave/iglesia hay una serie de pequeñas embarcaciones que representan, cada una, las diversas herejías a combatir, mientras que en el fondo están representadas las ciudades santas y turritas de Constantinopla y Damasco: en el camino de esta última tuvo lugar la conversión de Saulo/Pablo representada, en este contexto, con el mismo Saulo que cae del caballo y con la famosa frase pronunciada por Jesús, que sale de las nubes: Saule, Saule quid Me persequeris. La representación iconográfica y fuertemente simbólica se completa, por último, con varias escenas de batalla.
El tema religioso continúa con la representación de la Adoración de los Magos (colocación en SBN: 20.B.I.96.134), con dimensiones: 325×565 mm, supuestamente publicada en Roma después de 1579 y realizada con la técnica del buril por el gran Agostino Carracci, reproduciendo un dibujo de invención de Baldassarre Peruzzi y copiado al óleo por Girolamo da Treviso, activo entre 1524 y 1544. La escena, muy llena de personajes, representa, en lo alto, a Dios transportado entre las nubes por un grupo de ángeles, con, a los lados, otros ángeles que tocan varios instrumentos musicales. Abajo, bajo un arco con columnas estriadas, está la Sagrada Familia: José, de pie, junto al buey y al asno, María sentada con el Niño en brazos, quien, en actitud bendita, se dirige a uno de los reyes, postrado, que le ofrece el don de la mirra
y, en señal de reverencia, pone su corona sobre el suelo; a continuación están los otros reyes con el incienso y el cofre que contiene el oro. A lo lejos, a la derecha y a la izquierda, se despliegan dos largas procesiones de caballeros y animales exóticos, entre ellos los elefantes, que se preparan para llegar al Señor para adorarlo.
Por último, la exposición de la sala 14 concluye con el elegante retrato del obispo de Auxerre Charles Gabriel de Tubieres de Caylus (colocación en SBN: 20.B.II.155.17) con dimensiones: 475×348 mm, realizado con la técnica del buril por Georg Friedrich Schmidt sobre un dibujo de Louis de Fontaine, después de 1738, como se puede ver en la ilustración.
Otro ejemplar expuesto en el segundo piso, pero en la sala n. 20, es el Árbol genealógico de la antigua familia Carafa de origen napolitano (colocación en SBN: *BB.V.20a), parte integrante de una obra en tres volúmenes conservada en el Salón Monumental y titulada: Historia genealogica della famiglia Carafa, divisa in tre libri. … Opera del signor don Biagio Aldimari, editada en Nápoles en la imprenta de Giacomo Raillard por Antonio Bulifon en 1691.
El gran grabado (750×1450 mm) representa el inmenso árbol dividido en varias ramas, que reproducen los diversos y legendarios orígenes de la familia: un putto en vuelo sostiene una bandera con la inscripción «Pisa» para indicar que el fundador era, según una tradición, un joven pisano de la antigua familia de los Sismondi, que habría salvado la vida al emperador Enrique IV, por lo que el soberano, abrazándolo, habría dicho «Cara fe m’è la vostra»(8) del cual derivaría el apellido Carafa; según otra tradición el emperador habría sido Otón I y el caballero habría pertenecido a la familia napolitana de los Caracciolo.
La personificación del Tíber, la lupa con los gemelos Rómulo y Remo y, sobre todo, los tres cachorros que llevan las llaves de San Pedro, un sombrero cardenalicio y el trirrego indican la presencia de un papa en la familia (Pablo IV). Según Aldimari, autor del texto del que se ha tomado el grabado, la familia habría sido de origen polaco o húngaro, que habría traducido su apellido Korczak en Carafa, lo que explicaría la presencia, dentro de la obra, de las personificaciones de los grandes ríos de Europa centro-oriental como el Rin y el Boristene, hoy Dnpr.
La exposición de la sala n. 20 concluye con cuatro grabados, dos de los cuales representan una larga serie de retratos de cardenales, entre ellos algunos que llegaron a ser papas, como Pablo V o Inocencio X, y dos que representan sus escudos.
c) Las oficinas del tercer piso
La exposición de grabados prosigue en las tres salas (nos. 2, 3 y 4) del tercer piso de la biblioteca.
En la sala n. 4, que es la primera que encontramos, está expuesta una aguafuerte con retoques al buril con dimensiones: 700×510 mm aproximadamente (colocación en SBN: 20.A.I.17.23), realizada por Louis Desplaces en 1714 sobre un dibujo de F. Jean André y publicada en París por P. Drevet, Papa Pío V rezando arrodillado ante un pequeño Crucifijo, la Biblia y la corona del Santo Rosario(9), en una terraza con vistas al mar, durante la batalla de Lepanto de 1571 vencida por la flota cristiana contra los turcos(10). En lo alto acampan dos ángeles, uno, en primer plano, con amplia túnica, que agarra una espada y dirige la mirada al otro desnudo y en segundo plano, que, por el contrario, sujeta con una mano una ramita de palma y con la otra la corona de la victoria, para indicar la inminente victoria de los cristianos pero, Presumiblemente, también el fuerte contraste entre la guerra y la paz.
La exposición continúa en la sala n. 3 con la extraordinaria aguafuerte con retoques al buril, de dimensiones: 721×1360 mm aproximadamente, que representa la Vista panorámica del puerto de Ancona (colocación en SBN: 20.A.I.42.50), grabado por Giuseppe Vasi según el diseño de Luigi Vanvitelli y publicado por la Calcografia Camerale al Piè di Marmo (11) después de 1738, datación deducida de la dedicatoria del Vanvitelli al Cardenal Neri Corsini (Ancona 8 Diciembre 1738). En el centro se encuentran la espacialidad del mar, el horizonte infinito, el ligero movimiento de las pequeñas olas realizado por Vasi con gran maestría en el uso de las técnicas de aguafuerte, con su típico «vibrato», y el bulino.
Todo a su alrededor están, como decoración, algunas vistas de edificios locales, hasta llegar, en la parte inferior, a representaciones más simbólicas como la esfera armilar, que representa la bóveda celeste, herramientas geométricas para el dibujo, armas y un cañón.
El recorrido expositivo concluye, en la sala n. 2, con la impresión que representa el episodio evangélico de la Masacre de los inocentes, grabada con la técnica de la aguafuerte con retoques al buril por Alexis Loir entre 1650 y 1674, sobre un dibujo de Charles Le Brun, con dimensiones de 660×937 mm aproximadamente (colocación en SBN: 20.B.II.157.19). En el centro de la escena están los soldados, algunos de los cuales arrancan los niños de los brazos de las madres, otros infligen el golpe mortal, otros, aún, luchan con las madres desesperadas que intentan, por todos los medios, salvar a sus hijos de su furia asesina e injustificada, Algunas de las cuales también recurren a morder en los brazos de los perseguidores. En el fondo, a lo largo de las murallas de la ciudad y en la confusión, continúa la lucha sangrienta y desesperada de las madres contra los verdugos de sus hijos.
Los grabados expuestos en algunas paredes de la biblioteca son solo una muestra microscópica de la excepcional colección gráfica que posee Casanatense. La elección de los ejemplares, además, toca varios temas y tipologías: desde el culto a la Roma antigua con los Triunfos de Julio César hasta los fastos de la Roma del siglo XVIII representada por el Vasi: aquella Roma donde se originó y evolucionó la biblioteca fuertemente deseada por el Casanate, en el corazón de la ciudad, a pocos pasos de la calle del Corso y de la magnificencia del Panteón; pasando por representaciones de carácter sagrado con un inmenso valor simbólico, como la Gran nave de la iglesia que triunfa sobre todas las herejías, o la Epifanía del Señor, manifestación de Dios a los hombres y preludio de la Pasión, Muerte y Resurrección, culmen del «credo cristiano»; hasta llegar al Árbol genealógico de una prestigiosa familia, los Carafa, pero también a la representación de eventos históricos como el relato evangélico de la Matanza de los inocentes o al episodio de la Batalla de Lepanto, en el que triunfa, de manera indiscutible, la fe cristiana; hasta un argumento más profano, como la Vista del puerto de Ancona, Una vez más una obra de Vasi, con sus bellezas naturales y maravillas arquitectónicas, diseñadas por otro genio del arte: el Vanvitelli.
Note
(1) MUSSETTO, B. 2019, p. 83.
(2) MUSSETTO, B. 2013, p. 65.
(3) Vides ut alta stet nive candidum / Soracte … Hor. Ode, 9, v. 1 e sq.
(4) Como la definió el poeta latino Ennio en Annales, XVIII, 3: «Septigenti sunt paulo plus aut minus anni/ augusto augurio postquam inclita condita Roma est».
(5) El lobo, como el pájaro carpintero, era considerado por los antiguos como un animal «guía» para establecer la ubicación geográfica de un pueblo.
(6) Hall J., pág. 424.
(7) Expresión con la que, según la tradición, César anunció la victoria del 47 a.C. contra el ejército de Farnace rey del Ponto.
(8) MORONI, G. p. 236.
(9) La victoria de los cristianos sobre los turcos en la batalla naval de Lepanto fue atribuida al poder del rosario. Hall, J. P. 270.
(10) Antes de partir para la batalla el pontífice había bendecido el estandarte de la Santa Liga que representa sobre fondo rojo el Crucifijo entre los apóstoles Pedro y Pablo y coronado por el lema constantiniano In hoc signo vinces.
(11) La calle del Piè di Marmo, llamada así por la presencia de un enorme pie que pertenecía a una estatua gigantesca procedente del Iseo Campense, el templo de culto más grande de la ciudad de Roma en la época antigua (en la zona de la plaza de Sant’Ignazio), se encuentra al lado del edificio de la Biblioteca Casanatense; esto indica lo importante que ha sido este lugar en la historia de la ciudad a lo largo de los siglos … No solo desde el punto de vista histórico-cultural y religioso, sino también en lo que se refiere a la impresión tipográfica.
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